Miedo a lo químico: la quimifobia en cosmética

¡Hola MONécula! Primero, quiero confesarte algo… Aunque este no es el primer artículo que escribo, sí que es el primero de mi blog, al que he decidido llamar "Esencia MON".

Y es que aquí destilaré todos mis conocimientos sobre cosmética, marketing MONesto y LinkedIn para ti, con mi propio sello marca de la casa.

Al ser un estreno, tenía que ser algo muy especial. Por eso hablaré del miedo irreal a lo químico, o lo que es lo mismo...

La quimifobia en cosmética. ¿Empezamos?

Si ya hace un tiempo que nos conocemos (si no es así, ya te acostumbrarás) estoy segura de que te sonarán frases como:

  • ¡Todo es química!
  • A veces veo átomos, Bruce.
  • Los botes de crema o de champú no crecen en los árboles.
  • El sin químicos es un SINsentido.

Todos hacen referencia al archiconocido "sin químicos" que vemos en muchos cosméticos. Pero hoy no quiero hablar lo absurda que es esta reivindicación, eso ya lo he hecho en varias ocasiones en LinkedIn y en un artículo que escribí para Next In Beauty Magazine (te dejo los enlaces).

Porque, seamos realistas, esta reivindicación no tiene nada de honesta. Solo juega con el miedo y el desconocimiento de las personas para generar más ventas. Una lacra de moda que es del todo ilegal, porque no cumple con lo que se establece en los reglamentos 1223/2099 ni 655/2013. 

Y a pesar de ello, ahí están, usándolo de forma impune, y desde mi punto de vista, es muy, pero que muy, rastrero.

Pero hoy quiero hacer algo distinto... Por eso te lanzo este reto, MONécula. ¡Sigue leyendo!

Habla de la cosmética MONecular

No sé si lo sabes, pero como community manager uno dos mundos muy distintos, el del marketing y el técnico, para conseguir una comunicación diferenciadora y eficaz, en la que palabras como honestidad y transparencia no suenen vacías, ni SIN sentido. 

Y en la que, por supuesto, quedan descartados toda la ristra de SIN: parabenos, tóxicos, químicos, alcohol, siliconas, PEG, sulfatos... Si, ya sabes, la lista INTERMINABLE.

En fin, sigo... Las reglas para comunicar son muy simples:

  • Hazlo bien, con MONestidad.
  • Sé veraz y transparente.
  • Apóyate en argumentos científicos.
  • Transmítelos para que te entiendan.
  • Habla siempre del “con”. Nunca del “sin”.
  • Aporta valor y evitarás desvalorizar.

¿Con qué fin? Mostrar que detrás de la cosmética hay química. Y MONécula, no te hablo solo de la crema o del champú, te hablo del envase, del proceso de fabricación, del pH del producto, del emulsionante, del activo… ¡Imaginación al poder!

Porque sí, TODO ES QUÍMICA (no puedo evitarlo...). Así que, da un paso más y atrévete a mostrar la química que hay detrás.

¿Necesitas un ejemplo? Vega vale… ¡Te doy dos!

Este MONcanta y siempre se lo contaba a mis alumnos de prácticas, cuando era responsable de I+D. Porqué quería que entendieran qué estaba ocurriendo al emulsionar la crema. 

Y ya puestos, demostraré que la cosmética es pura química. ¿Vamos allá? 

Ejemplo 1: hablemos del emulsionante

Sabes que el agua y el aceite no son especialmente amiguetes, ¿verdad?

Si los mezclas y agitas muy fuerte por un momento puede parecer que se unen, pero esa relación es puramente fugaz. Y es que claramente son polos opuestos y se repelen. 😖

 La única solución para mantenerlos unidos es añadir a alguien que tenga afinidad para ambos y negocie la tregua.

 Si te imaginas tres piezas de puzle encajadas, lo entenderás. ¿Verdad que la del medio une perfectamente a las otras dos? Pero ¿qué pasa si la quitamos? Pues que las dos restantes nunca van a encajar. Así que esa pieza central, es el emulsionante que lo une todo. 💜

Pues una crema es como un puzle muy grande donde el emulsionante abraza a gotitas minúsculas de aceite mientras, a su vez el agua les abraza a ambos fuertemente. ¡Es puro amor!

Quien diga que la química no es bonita, debería leer esto. Y ya de paso, quien diga que la cosmética no es química también. 

Así que no te dejes engañar por los reclamos del estilo “sin químicos” porque como ves, en una crema hay mucha química.

¿Te imaginabas tanta química del amor en una crema?

Ejemplo 2: Storytelling de un activo

(Esta es una adaptación de un trabajo que hice para un cliente)

En esta historia hay tres personajes: el héroe, el rockero y la desmadrada.

¿Quieres saber cómo el héroe, el ácido tranexámico, te protege de las manchas en tu rostro? Pura química, contada como un cuento.

Al exponer tu piel al sol, el rockero plasminógeno sale a rockanrolear. Se emociona tanto, que con su música despierta a la plasmina, que es maja pero a veces se desmadra.

Es maja porque te protege de los rayos ultravioleta, ayudándote a generar melanina, el pigmento natural de tu piel bronceada.

Pero, con tanto rock&roll se desmadra y entonces aparecen las indeseables manchas en tu piel. ¡Demasiado rock plasmina!

Pero no te preocupes, toda buena historia, tiene su héroe: el tranexámico. Que llega para silenciar al peculiar rockero y dormir a la plasmina, para mantener a raya esas manchas.

Todo un caballero con armadura para tu piel. ¿Te resistirás a él y a su química?

Conclusión

Dale a tu imaginación y acepta el reto que te propongo. Detener la quimifobia está en nuestras manos. Y como siempre digo: ¡la información es poder! Y un poder, conlleva una gran responsabilidad.

Dime, ¿aceptas?


Montserrat Pedro Ràfols, Montserrat 16 agosto, 2023
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